Nuestro amigo Juan Sánchez nos envía esta crónica de su última ruta de fin de semana, realizada en el Parque Natural Sierra de Cazorla durante el 18 y 19 de Noviembre.
Debido al olvido generalizado de todos los asistentes, no pudieron hacer fotos puesto que dejaron las cámaras en casa. Eso es un gran olvido que solventamos con un mágnifico relato de Juan. En este caso "unas palabras valen más que mil imágenes".
Tuvimos mucha suerte , pues el parte meteorologico del sabado y el domingo dio un leve respiro al tiempo tormentoso y lució el sol de forma absoluta y resplandeciente en la sierra de Cazorla, un “ agujero” como dicen los montañeros. Partímos a las siete y media de la mañana del pasado sabado dieciocho de noviembre , tranquila y sosegadamente en dirección a Pozo Alcón pues las prisas son malas consejeras en las rutas de montaña , llegando sobre las diez a esta población en busca de un reconfortante almuerzo a base de pan con tomate y jamón serrano.
Después del almuerzo se hacía imprescindible buscar una panadería en el pueblo , pues faltaba conseguir el preciado alimento que cubriera el relleno de nuestros bocadillos por lo que nos prestamos a buscar un guía y anfitrión que nos indicara el camino; vaya si lo encontramos, era muy simpatico y nos acompañó amablemente a la panadería. Resultaba tan convincente en su dialectica que aparte de comprar pan estuvimos a punto de comprarle un piso. A parte de repescar el pan a ultima hora y por los pelos, nos dimos cuenta que no llevavamos camara fotográfica; lo siento amigos mios comprendo que soy un desastre y que no tengo remedio, pero en fin, intentaré transmitiros de forma escueta las buenas y bellas sensaciones que sentimos en esta ruta que pienso merece la pena recorrer.
Debido al olvido generalizado de todos los asistentes, no pudieron hacer fotos puesto que dejaron las cámaras en casa. Eso es un gran olvido que solventamos con un mágnifico relato de Juan. En este caso "unas palabras valen más que mil imágenes".
Tuvimos mucha suerte , pues el parte meteorologico del sabado y el domingo dio un leve respiro al tiempo tormentoso y lució el sol de forma absoluta y resplandeciente en la sierra de Cazorla, un “ agujero” como dicen los montañeros. Partímos a las siete y media de la mañana del pasado sabado dieciocho de noviembre , tranquila y sosegadamente en dirección a Pozo Alcón pues las prisas son malas consejeras en las rutas de montaña , llegando sobre las diez a esta población en busca de un reconfortante almuerzo a base de pan con tomate y jamón serrano.
Después del almuerzo se hacía imprescindible buscar una panadería en el pueblo , pues faltaba conseguir el preciado alimento que cubriera el relleno de nuestros bocadillos por lo que nos prestamos a buscar un guía y anfitrión que nos indicara el camino; vaya si lo encontramos, era muy simpatico y nos acompañó amablemente a la panadería. Resultaba tan convincente en su dialectica que aparte de comprar pan estuvimos a punto de comprarle un piso. A parte de repescar el pan a ultima hora y por los pelos, nos dimos cuenta que no llevavamos camara fotográfica; lo siento amigos mios comprendo que soy un desastre y que no tengo remedio, pero en fin, intentaré transmitiros de forma escueta las buenas y bellas sensaciones que sentimos en esta ruta que pienso merece la pena recorrer.
Finalizando el preambulo paso a relatar lo que aconteció despues de la tranquila y relajada llegada al punto de partida de la ruta. Salimos en coche de Pozo Alcón hacia el Embalse de la Bolera y nos desviamos a unos diez Kilometros a la izquierda por una pista que nos llevaría a la casa del tio Eusebio situada a pocos metros de la salida de la Rambla del Cañuelo. Esta bajantede agua tiene un curso irregular, desemboca en el mismo embalse y desde allí se divisa al fondo el alto de la Cabrilla . Nuestra ruta no transcurrirá por la mencionada rambla sino que ascenderápor la lancha del Almicerán e irá bordeando desde lo alto los acantilados que blindan el imponente barranco del rio Guadalentín . Salimos a pie de la casa del tio Eusebio continuando por la pista forestal por la que habiamos venido en coche, en dirección a la Lancha del Almicerán. Con estenombre se denomina a un conjunto de promontorios que constituyen la vertiente izquierda orográfica del rio Guadalentín. Ascendemos por el paraje denominado El Poyo de Juan Domingo hasta llegar a un mirador con vistas espectaculares sobre el rio Guadalentín; desde allí bordearemos el barranco en continuo sube y baja, ascendiendo a la Sabinilla (1672 metros), Pico del Tranco del Lobo (1761 metros), Morra de la Grajas (1716 metros ) y la Chacona (1735 metros) en cuya falda se halla una oquedad denominada Cueva Chacona así como gran cantidad de torcales y formaciones calizas que hacen de este paraje un entramado rocoso con formas muy peculiares. Al abrigo de estas rocas aprovechamos para comer junto a un nacimiento de agua denominado Fuente de Umbría , reponiendo fuerzas y llenando los recipientes. Después de la comida y de subir la montaña llegamos a un collado desde donde se divisa el Alto de la Cabrilla y al fondo la cara este del pico Empanadas; nos preparamos para ascender el último tramo previsto orientandonos en dirección noreste. Antes de afrontar la última subida sortearemos un pico de 1793 metros de altitud.
Realmente el desnivel acumulado recorrido es considerable, dado que la gran cantidad de accidentes geograficos superados hacen de ésta ruta un autentico rompepiernas. Eran las seis de la tarde aproximadamente cuando alcanzamos el alto de la Cabrilla, apréstandonos a bajar a algún sitio donde pudieramos acampar ya que en breve tiempo sobrevendría la noche. Descendimos a una nava entre montañas de elevada altitud e instalamos las tiendas de campaña sobre una mullida capa de musgo que amortiguaría el contacto con el suelo. La noche nos envolvió, bajando la temperatura de forma brusca y provocándonos tiritones de frio cuando saliamos fuera de las tiendas.
Nuestro agradecimiento a una especie de potaje de garbanzos en lata que Juan Antonio Molina sacó de las alforjas y calentó en un infiernillo, porque consiguió apaciguar, aunque no por completo, el frio de nuestros cuerpos. También debo de destacar la aparición de unos inquilinos que nos hicieron compañía en esa gélida noche; eran varios zorros que se comieron las sobras de nuestra cena y merodearon alrededor de las tiendas.
Al amanecer, desayunamos , recogemos las tiendas y después de unos estiramientos reanudamos la marcha; debemos bajar a la Nava del Polvo para tomar la senda que nos llevará a la pista forestal principal del parque pero decidimos atajar, ascendiendo al Cerro de los Tornajos. Nuestro amigo y guía Juan Antonio Molina empeñado en acortar camino subiendo y bajando riscos y nuestras piernas aguantando estoicamente los envites del pedregal. Trás un paraje de gran belleza denominado Navalasno y unos torcales calizos, enlazamos con la pista forestal que viene de los Campos de Hernan Perea, dirigiéndonos al sur hacia el cerro del Caballo de Acero situado en la cabecera del rio Guadalentín. De las faldas de ese promontorio tomamos una pista a la izquierda que baja al mismo curso del rio; a partir de aquí nuestra ruta se convierte en un paseo por su ribera, disfrutando en todo momento de sus excepcionales paisajes recubiertos de espesa vegetación formada por quejigos, carrascas, fresnos, chopos y enormes pinos laricios. Se acerca la hora de comer y debemos llegar a Vado Carretas, por lo que a la altura de una casa forestal decidimos aligerar el paso. Una vez alcanzado este paraje acampamos junto al agua, disponiendonos a esquilmar el resto de nuestras provisiones. Vado Carretas es un lugar rodeado de elevadas montañas donde el rio guadalentín se ensancha, brinda al viajero el disfrute de espectaculares paisajes y supone un autentico remanso de paz cuando después de dos duras jornadasel caminante decide descansar y retomar fuerzas. Sobre las tres y media de la tarde debemosabandonar Vado Carretas y continuar la pista forestal que nos llevará rio abajo al Embalsede la Bolera. Intentamos encontrar la senda que describe en su libro el escritor y montañeroGarcía Gallego y que recorre este último trayecto por el mismo curso del rio, pero la sendanos vuelve al camino forestal que asciende por la ladera a un altiplano, descenciendo posteriormente a la entrada del embalse. En el camino de regreso encontramos un arroyo que desemboca en el rio principal, a pocos metros de Vado Carretas, estando ya el Gualentín encajonado entre paredes verticales, es el arroyo de Gualay y según las referencias de García Gallego constituye un excelente lugar para los aficionados a la modalidad deportiva del barranquismo. Sobre las seis y media de la tarde, ya casi oscureciendo llegamos a la cola del Pantano de la Bolera; allí nos encontramos con un lugareño que nos advierte de las dificultades de ascender de noche por la montaña hasta conectar con la Rambla del Cañuelo, donde están aparcados nuestros coches por lo que le pedimos que nos lleve en su vehiculo todo terreno por la carretera de Castril, al lugar donde estan los vehiculos. Accede amablemente y nos ahorramos otras dos horas de camino después de las nueve que habian soportado ese dia nuestras piernas.
OBSERVACIONES SOBRE LA FLORA, FAUNA Y FORMACIONES ROCOSAS
Encontramos en la parte alta del Almicerán muflones y gamos, así como manadas de buitres en todo el camino y zorros en el lugar de acampada.
La flora de las zonas altas es escasa, limitándose a piornales y cojines de monja y algún ejemplar arboreo de forma achatada por el peso de las nevadas (pinos laricios), sin embargo en el curso del rio Guadalentín y en Vado Carretas la vegetación es muy densaformada por quejigos de gran altura, fresnos, carrascas y enormes pinos laricios. También hay gran cantidad de arbustos como enebros, lentiscos, majuelos y cornicabras, así como muchas especies herbáceas que tapizan el suelo de un manto verde y no envidia en nada a otras zonas del norte de España.
En cuanto a las formaciones rocosas, destacan los torcales formados por rocas calizas de formas muy variadas y pintorescas cerca de la cueva Chacona.
También es destacable lo que en la Sierra de Cazorla se denominan Navas, que son valles y vaguadas entre montañas de elevada altitud formadas por densas alfombras de musgo que le dan al suelo un aspecto almohadillado.
Juan Sánchez.
Realmente el desnivel acumulado recorrido es considerable, dado que la gran cantidad de accidentes geograficos superados hacen de ésta ruta un autentico rompepiernas. Eran las seis de la tarde aproximadamente cuando alcanzamos el alto de la Cabrilla, apréstandonos a bajar a algún sitio donde pudieramos acampar ya que en breve tiempo sobrevendría la noche. Descendimos a una nava entre montañas de elevada altitud e instalamos las tiendas de campaña sobre una mullida capa de musgo que amortiguaría el contacto con el suelo. La noche nos envolvió, bajando la temperatura de forma brusca y provocándonos tiritones de frio cuando saliamos fuera de las tiendas.
Nuestro agradecimiento a una especie de potaje de garbanzos en lata que Juan Antonio Molina sacó de las alforjas y calentó en un infiernillo, porque consiguió apaciguar, aunque no por completo, el frio de nuestros cuerpos. También debo de destacar la aparición de unos inquilinos que nos hicieron compañía en esa gélida noche; eran varios zorros que se comieron las sobras de nuestra cena y merodearon alrededor de las tiendas.
Al amanecer, desayunamos , recogemos las tiendas y después de unos estiramientos reanudamos la marcha; debemos bajar a la Nava del Polvo para tomar la senda que nos llevará a la pista forestal principal del parque pero decidimos atajar, ascendiendo al Cerro de los Tornajos. Nuestro amigo y guía Juan Antonio Molina empeñado en acortar camino subiendo y bajando riscos y nuestras piernas aguantando estoicamente los envites del pedregal. Trás un paraje de gran belleza denominado Navalasno y unos torcales calizos, enlazamos con la pista forestal que viene de los Campos de Hernan Perea, dirigiéndonos al sur hacia el cerro del Caballo de Acero situado en la cabecera del rio Guadalentín. De las faldas de ese promontorio tomamos una pista a la izquierda que baja al mismo curso del rio; a partir de aquí nuestra ruta se convierte en un paseo por su ribera, disfrutando en todo momento de sus excepcionales paisajes recubiertos de espesa vegetación formada por quejigos, carrascas, fresnos, chopos y enormes pinos laricios. Se acerca la hora de comer y debemos llegar a Vado Carretas, por lo que a la altura de una casa forestal decidimos aligerar el paso. Una vez alcanzado este paraje acampamos junto al agua, disponiendonos a esquilmar el resto de nuestras provisiones. Vado Carretas es un lugar rodeado de elevadas montañas donde el rio guadalentín se ensancha, brinda al viajero el disfrute de espectaculares paisajes y supone un autentico remanso de paz cuando después de dos duras jornadasel caminante decide descansar y retomar fuerzas. Sobre las tres y media de la tarde debemosabandonar Vado Carretas y continuar la pista forestal que nos llevará rio abajo al Embalsede la Bolera. Intentamos encontrar la senda que describe en su libro el escritor y montañeroGarcía Gallego y que recorre este último trayecto por el mismo curso del rio, pero la sendanos vuelve al camino forestal que asciende por la ladera a un altiplano, descenciendo posteriormente a la entrada del embalse. En el camino de regreso encontramos un arroyo que desemboca en el rio principal, a pocos metros de Vado Carretas, estando ya el Gualentín encajonado entre paredes verticales, es el arroyo de Gualay y según las referencias de García Gallego constituye un excelente lugar para los aficionados a la modalidad deportiva del barranquismo. Sobre las seis y media de la tarde, ya casi oscureciendo llegamos a la cola del Pantano de la Bolera; allí nos encontramos con un lugareño que nos advierte de las dificultades de ascender de noche por la montaña hasta conectar con la Rambla del Cañuelo, donde están aparcados nuestros coches por lo que le pedimos que nos lleve en su vehiculo todo terreno por la carretera de Castril, al lugar donde estan los vehiculos. Accede amablemente y nos ahorramos otras dos horas de camino después de las nueve que habian soportado ese dia nuestras piernas.
OBSERVACIONES SOBRE LA FLORA, FAUNA Y FORMACIONES ROCOSAS
Encontramos en la parte alta del Almicerán muflones y gamos, así como manadas de buitres en todo el camino y zorros en el lugar de acampada.
La flora de las zonas altas es escasa, limitándose a piornales y cojines de monja y algún ejemplar arboreo de forma achatada por el peso de las nevadas (pinos laricios), sin embargo en el curso del rio Guadalentín y en Vado Carretas la vegetación es muy densaformada por quejigos de gran altura, fresnos, carrascas y enormes pinos laricios. También hay gran cantidad de arbustos como enebros, lentiscos, majuelos y cornicabras, así como muchas especies herbáceas que tapizan el suelo de un manto verde y no envidia en nada a otras zonas del norte de España.
En cuanto a las formaciones rocosas, destacan los torcales formados por rocas calizas de formas muy variadas y pintorescas cerca de la cueva Chacona.
También es destacable lo que en la Sierra de Cazorla se denominan Navas, que son valles y vaguadas entre montañas de elevada altitud formadas por densas alfombras de musgo que le dan al suelo un aspecto almohadillado.
Juan Sánchez.
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