lunes, 5 de septiembre de 2005

Crónica ruta: Sierra Nevada. 03-04/09/2005

Salimos a las 6,15 horas aproximadamente de la mañana de Lorca y llegamos al Albergue universitario de Sierra Nevada sobre las 9 horas para que un autobús del parque, nos llevara a las llamadas Posiciones del Veleta (el nombre de este paraje va estrechamente unido a pasados episodios históricos relacionados con la guerra civil española). Partimos del citado lugar a las diez y veinte minutos dirigiéndonos directamente hacia el refugio -vivac de la Caldera.
En el camino hacia el refugio pasamos por la laguna verde, de donde nace el arroyo del Veleta y por la laguna de Rio seco que vierte sus aguas al arroyo del mismo nombre. Ambas torrenteras desembocan junto con el de la caldera en el rio Poqueira. Estos pequeños lagos no son nacimientos propiamente dichos sino que actuan de depósitos de agua en los deshielos primaverales y solamente vierten aguas cuando rebosan de su cauce. En estas fechas y con la persistente sequía los arroyos estaban secos y las lagunas bajas de nivel.
A la altura de la laguna de rio seco se elevan unas crestas de formas irregulares denominadas "Los Crestones de Rio Seco" . Ya en este paraje se divisa la imponente figura del Mulhacen con su alargada loma trasera de tenue inclinación y sus espectaculares paredes de extremado desnivel que lindan con el Valle del Genil.
Más adelante accedemos a la laguna Caldera acortando por una senda que baja directamente sin rodeos a los pies del Mulhacén. Una vez allí dejamos parte del peso de nuestras mochilas en el refugio de la Caldera donde pretendiamos pasar la noche. Son aproximadamente las doce horas de la mañana y trás un ligero almuerzo (en algunos fué más que ligero y les costó hacer la digestión en la siguiente subida), nos decidimos a encarar la ascensión al Mulhacén por una vereda bastante empinada. Algunos creo que se arrepintieron mentalmente mientras subian pero todos coincidimos una vez arriba que habia merecido la pena con creces el esfuerzo realizado. Y una vez arriba! cualquiera pensaría que estabamos solos ante la inmensidad de las alturas, Que leche! aquello parecía la verbena de la paloma, podría haber treinta o cuarenta personas y continuaban subiendo cada vez más. En la cima hay diversas construcciones en ruinas y una virgen guardada bajo el mojón que indica la altitud, lo que hace suponer que desde algún pueblo de alrededor deben de subir en romería.
Una vez que te subes al mojón, se divisan unas vistas al Valle del Genil IMPRESIONANTES. Abajo, a una caida libre aproximada de seiscientos metros se observa la Laguna Mosca donde nace el Rio Genil y el reguero de las aguas de bajan por su curso alto (en este tramo el rio se denomina Valdecasillas). En dirección noroeste se observa la cima del Alcazaba con su loma trasera que se une con el paraje de siete lagunas. Desde el Mulhacén se observa con claridad la considerable distancia que separa las dos montañas.
Eran las tres de la tarde y trás una comida menos breve que el almuerzo y muchas fotos de recuerdo para la posteridad (era tal la cantidad de gente que habia en la cima y la de fotos que se echaban, que una vez , uno de nuestro grupo, estuvo a punto de hacer una foto por error a una muchacha que se estaban desnudando para cambiarse de ropa), nos dispusimos a bajar a siete lagunas por una cuerda montañosa que desciende hasta la laguna Hondera(cuerda del resuello). A medio camino nos dimos cuenta de que no disponiamos de tiempo suficiente para ir y volver, por lo que en el camino de vuelta fuimos bordeando por detrás la loma del Mulhacén hasta llegar a una altitud de unos 2850 metros conectando con el camino principal del parque que atraviesa la sierra que nos llevó al refugio de la Caldera sobre la seis menos cuarto de la tarde. Debo de puntualizar la dificultad de caminar fuera de los senderos marcados, debido a la gran cantidad de pedregales que hacen doloroso para los tobillos el andar y relentizan la marcha de forma considerable.
Una vez bien instalados en el refugio ya que llegamos primeros , observamos que aunque esta concedido para 12 plazas, la costumbre es que ¡ LA GENTE VA ENTRANDO MIENTRAS CABE! , pues creo que dormimos más de veinticinco. También es de reseñar el perfecto aislamiento térmico de estas construcciones porque la temperatura nocturna bajó bastante sin embargo dentro estabamos en manga corta y sandalias.
A la mañana siguiente, nos despertamos entre risas y cachondeo sobre las siete de la mañana y partimos a las ocho en dirección al pico del Veleta. En el trayecto hacia la subida pudimos observar unas grietas horizontales en las paredes de esta montaña que lindan con la laguna Verde que se denominan los Vasares del Veleta, por cuyo espacio dicen los montañeros experimentados que se puede ascender a la cumbre. Nosotros lo hicimos por la carretera asfaltada subiendo y bajando en algo más de una hora. Desde lo alto del Veleta se divisa muy de cerca y algo más bajo el Cerro de los Machos y frente a éste la imponente cuerda de los tresmiles, con el Mulhacén, Alcazaba y Puntal de Vacares como prominencias más destacables.
A la bajada del Veleta, paramos a almorzar en el refugio de la Carihuela, junto a la entrada del sendero que lleva a las lagunas de Lanjarón por los tajos altos. Sobre las diez y media de la mañana y después del almuerzo nos adentramos por esta senda. Después de caminar algún Kilometro nos fuimos haciendo cargo de las dificultades que entrañaba este paso, debido a los peligrosos cortados a los que nos exponiamos y a que la senda llega a desaparecer y hay que escalar un poco antes de alcanzar la cima de una de las crestas. Por decisión mayoritaria decidimos volver aunque yo particularmente pienso que se puede acceder con cuidado y calma. A la vuelta por el tramo de senda que habiamos recorrido encontramos a un grupo de senderistas sin apariencia de montañeros experimentados que consiguieron subir a la cresta.
Al llegar nuevamente al refugio de la Carihuela, decidimos volver hasta el albergue Universitario bajando a las Lagunillas y atravesando los prados humedos de borreguiles. A las tres de la tarde aproximadamente llegamos al punto de partida, dando por concluida la expedición.

OBSERVACIONES SOBRE LA FLORA Y FAUNA.-

Encontramos gran cantidad de cabras montesas en todo el camino con la curiosidad de que aún acercándonos bastante a ellas para fotografiarlas no parecian alarmarse.

En cuanto a la flora, debido a que la escasa vegetación existente no se encuentra en época de floración y a la sequía reinante , no pudimos identificar claramente ninguna especie autóctona. A parte de esto, encontramos a una altura elevada enebro rastrero.

Crónica redactada por Juan Sánchez.

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