He llegado tarde al punto de encuentro y de "mala ostia", muy mala (es muy difícil aguantarme en esos momonetos, pero Licia lo consigue, no se como, pero lo hace). En La Hoya, lugar donde vivo, estan de fiestas, y eso supone ruido que unido al bochorno de la noche conforman una mezcla de no poder dormir durante unas cuantas horas. Por no hablar de aquellos campeones "de su casa" de pilotaje que hacian carreritas por las calles a altas horas de la noche.
He pasado todo el viaje durmiendo en el autobús pero al llegar al lugar de salida junto al embalse del Taibilla me he puesto las pilas para disfrutar de un buen día en compañía de buenos amigos y amigas.
Partimos desde el embalse del Taibilla recorriendo el curso de arroyo Blanco. La verdad que estos primero kilómetros son muy llevaderos por la belleza del paisaje y porque todavía no caen los chuzos de punta del señor Elio.
Partimos desde el embalse del Taibilla recorriendo el curso de arroyo Blanco. La verdad que estos primero kilómetros son muy llevaderos por la belleza del paisaje y porque todavía no caen los chuzos de punta del señor Elio.
La ruta es muy llamativa en cuanto al paisaje que nos ofrece, el Revolcadores nos vigila durante gran parte del recorrido, la rambla de la Rogativa se muestra atractiva para su visita durante la próxima primavera (tal vez en bici), las aldeas, los cortijos abandonados y los restos de pinturas rupestres cercanas al Calar de la Santa nos muestran que estas tierras fértiles estaban pobladas miles de años atrás.
El almuerzo fue rápido, nadie quería estar mas tiempo de lo necesario bajo el incesante sol. Se reemprende la marcha para descender hasta la aldea de Arroyo Tercero para continuar por el cauce del mismo nombre en dirección al Calar de la Santa.
Las últimas cuestas se hicieron mas bien cansadas y largas, paradita tras paradita buscando la sombra de las sabinas centenarias. Que gustazo de sombra, me siento nada debajo de estos tatarabuelos.
A tiro de piedra del Calar de la Santa nos encontramos a Juanan sentado en una piedra bajo una gran sabina. El que algo quiere algo le cuesta, ¿eh, amigo?. Mejor curarse en salud y recuperar la tendinitis lo mejor que se pueda para los proyectos veraniegos, mejor macroproyectos (no urbanísticos, no seamos mal pensados, somos gentes de bien y trabajadores honrados).
La comida mejor que bien, copiosa y de calidad. Para realizar otra visita invernal para probar unas migas o gachas.
Echamos en falta a mucha gente. Vosotros os lo perdísteis. Ginés Bravo e Isabel no faltaron a la cita, no podía ser menos.
Agradecer a Pedro Martínez Pedrero, Andrés Vilar y Loli Abellaneda (no olvidarme de Isabel Guillén que no pudo venir) la magnífica excursión que nos han preparado y la gestión de la comida.
La verdad que el tiempo corre. Siete temporadas, siete años de vida del club (en Septiembre los cumpliremos), muchos kilómetros a las espaldas, muchos días, muchas horas, minutos y segundos, muchas caras, muchos Amigos y Amigas, muchos lugares desconocidos ahora conocidos, muchas alegrías, algunos momentos malos, lluvia, nieve, frío, sol, nubes, calor, mar, montaña, ríos, madrugones, llegar tarde a casa, cabreos, por aquí, por allá, que si, que no... En definitiva un largo caminar que en septiembre se retomará con la misma ilusión o más que cuando en el 2002 "echamos a andar".
Gracias a todos y todas por acompañarme en este largo caminar y por ser tan importantes en mi vida.
Foto 1: Embalse del Taibilla.
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