viernes, 9 de diciembre de 2005

Crónica Ruta: Empanadas (2017 m.) por el Barranco de Túnez. Domingo 04/12/2005

























































Partimos diecisiete intrepidos montañeros a las seis de la mañana de Lorca y llegamos sobre las ocho y media al Cortijo del nacimiento en el Rio Castril, desde donde partiríamos a las nueve hacia el pico Empanadas. Hacía frio y el cielo estaba nublado aunque el deseo de una nueva aventura era más grande que cualquier "pequeño inconveniente"

Salimos en dirección al nacimiento del Castril y a la altura de un puente de madera algo precario, cruzamos el rio, conectando, a continuación, con una senda que nos subiría al Barranco de Tunez. Este barranco no es accesible por su desembocadura, porque hay unos paredones rocosos en su salida, que solamente dejan pasar el agua por una pequeña abertura. La senda sube por un paso denominado "La pedrera", algo comprometido por su inclinación y por la gran cantidad de piedras sueltas que seguramente le darán su nombre. Una vez arriba las vistas impresionan a cualquier amante de la montaña; abajo quedan esos paredones rocosos mencionados anteriormente que impiden la salida natural del barranco, pero vistos desde el interior y un profundo valle escoltado por grandes talayones de piedra caliza que adoptan formas caprichosas debido a la erosión.

Desde arriba de la Pedrera, comenzamos a bajar al fondo del barranco por una senda. Una vez abajo, cruzamos saltando de piedra en piedra el curso de la rambla de la que, por cierto, debido a las intensas lluvias acaecidas en los últimos días, bajaba bastante agua. Volvimos a ascender por la otra ladera, adentrándonos en un barranco contiguo que vierte sus aguas al de Tunez. Vadeamos esta rambla, y el sendero nos volvió conducir al barranco principal. En este paraje encontramos una formación rocosa muy peculiar en forma de circulo con un hueco en el centro similar a un trapecio. La roca parecía moldeada por la mano del hombre en vez de por la erosión.

Retomamos el curso del rio, apareciendo de frente la imponente figura del pico empanadas. Después de unos quince minutos caminando encontramos unos bancales plantados de nogueras ya con la hoja caida, y al fondo una casa en ruinas; es la casa del maestrillo . Cuentan los lugaremos que le llamaban el maestrillo porque enseñaba a leer a los pastores, viviendo en este apartado lugar hasta su vejez. Paramos a reponer fuerzas en este paraje encantado y tras unos veinte minutos de descanso nos disponemos a subir al empanadas, encarándolo por la ladera derecha, ya que por la izquierda hay mayor desnivel y los neveros existentes dificultarían el ascenso. Encontramos de nuevo la senda que nos llevó a un collado, anterior a las elevaciones que se hallan junto a la cumbre. A partir de ahí empezamos a encontrar neveros , lo que comenzó a complicarnos la marcha; ésta circunstancia se unió al retraso que llevavamos respecto del tiempo previsto y a la aparación de una densa niebla, lo que hizo que nos plantearamos bajar, previendo que sobrevendría la noche en la vuelta si continuabamos la ascensión.

Comenzamos a bajar por la senda que habiamos recorrido hasta llegar después de dos horas aproximadamente de nuevo a la Pedrera.

Y llega la hora de bajar por "La Pedrera". La Visión desde arriba antes de comenzar la bajada es espeluznante, pues la pendiente debe ser del 70 por ciento y hay gran cantidad de piedras sueltas; aunque, conforme vas descendiendo te das cuenta que es una pasada ¡Que subidón de adrenalina¡
Daban ganas de ponerse un cartón en el trasero y cual se fuera un trineo, resbalar por la pedriza, alzando un brazo y gritando a lo cowboy. Pero en fin, pensando en nuestros hijos y en aquellas frases que antaño cubrián los salpicaderos de los seat 600 y que decian "papa ven en tren" "papa no corras", decidimos descender con mucha atención y extremo cuidado. Una vez abajo, cruzamos el puente de madera que une las laderas del rio Castril y volvimos al punto de partida; eran las tres y cuarto de la tarde aproximadamente.

OBSERVACIONES SOBRE LA FLORA, FAUNA Y FORMACIONES ROCOSAS

Encontramos en todo el recorrido, pino salgareño , sabina mora y sabina rastrera en la parte alta de la Pedrera; así como nogales junto a la casa del maestrillo y gran cantidad de tomillo y boja negra. Zarzales en el curso del barranco de Tunez y algún majuelo (espino real).

En cuanto a las rocas, en el barranco de Tunez se hallan formaciones karsticas, producidas por la meteorización física y química de las calizas, dando lugar a formas rocosas caprichosas y de gran belleza.

En el paraje de la Pedrera, destacan los canchales o pedrizas, constituidas por rocas que han sufrido roturas al introducirse el agua por sus grietas y posteriormente solidificarse.

Referente a la fauna, no encontramos grandes aves carroñeras (buitres), ni aguilas ni maniferos de montaña (muflones, cabras montesas y jabalies), estando quiza motivado por el frio reinante y el mal tiempo.

Todas las conclusiones a las que he llegado acerca de la flora, fauna y clasificación de las formaciones rocosas nacen de la mera observación del medio natural y de la busqueda de información a través de documentos escritos o via internet, por lo que no soy experto en la materia sino más bien un profano que intenta aprender. Por todo ello, ruego a los internautas que si saben más que yo, rectifiquen mis observaciones o añadan comentarios nuevos sobre estas materias.

Crónica redactada por Juan Sánchez.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por la crónica al amigo Juan Sánchez, por ser ésta muy amena y bien documentada.
Quedamos emplazados para otra ocasión que nos permita realizarla en su totalidad, quizás en otra época del año.
Quiero expresar mi satisfación, posiblemente compartida con los demás participantes de esta y otras rutas largas, por cuanto que éstas nos aportan unas vivencias especiales y nos permiten el disfrute de unos entornos y paisajes excepcionales; sólo por ello merece la pena participar en ellas y desde aquí animo a otros amigos para próximas ocasiones.
Mi felicitación al Club, del que me siento ortulloso de pertenecer, por ampliar el abanico de actividades y dar cobertura a las inquietudes de todos sus miembros. Animo a la directiva a ampliar el espectro de actividades y a hacer posible la participación del mayor número de colaboradores.
¡ Nos vemos en la comida y después, de forma regular, en la sede del Club en las instalaciones del Imjude!
Sebastián Navarro-Soto Soto